Con esta obra cierro con broche de oro la serie «Literatura Fantástica».
Al principio no estaba del todo convencida de querer pintar este libro. Mucho porque es más conocida la película que el libro y siento que no se le ha dado el valor que tiene el último.
Tomé la decisión de primero leer el libro y, como de costumbre, es mucho mejor que la película, la cual también vi en compañía de mi familia. En el libro encontré muchos más detalles de mucho valor que se pierden a la hora de llevarlo a la pantalla. Uno de ellos y el más significativo, para mi, fueron los zapatos rojos de Dorothy… que en el libro son plateados! Después de investigar un poco, resulta que en la película los pusieron rojos para aprovechar la nueva tecnología technicolor de ese momento.
Les platico un poco del desarrollo de esta obra.
Después de leer el libro la primer idea de la obra es que tenía que ser muy «verde» porque así me lo imaginé, como un bosque. Pero mis obras son bibliotecas personales, entonces me enfoqué en pensar cómo podría ser más como un jardín interior. Tenía que tener muchas plantas y ser muy verde, colores más brillantes y mucha luz.
Este es el boceto inicial, que al final sufrió algunos cambios.
Y como es mi costumbre, una de mis hijas me ayudó posando. En esta ocasión fue Carolina. Y usamos una mecedora que era de mi suegra.
En esta obra también me sirvió de modelo mi perro Morgan, un border collie adoptado que es como mi sombra.
Si gustas conocer más sobre el proceso de esta obra te invito a visitar mi página de Instagram.
Aquí te comparto el cuadro terminado:
El Maravilloso Mago de Oz
Óleo sobre tela
110×90 cm
